Nuevo año, misma vida

Primera entrada del año, más de medio año llevo por aquí y espero que sea mucho tiempo más y sigamos creciendo juntos.

Otro año más y el tiempo corre que da gusto. De verdad, que esto afloje porque los días para mí se pasan en media hora. Pero hoy quería aprovechar para reflexionar sobre los últimos momentos de todos los finales de año. A partir, aproximadamente, del 28 de diciembre comenzamos a felicitar el año, a repartir nuestros mejores deseos entre nuestros allegados (algún día empezaremos a felicitar el nuevo año el 1 de septiembre). Y sí, es ese momento de decisión, que para algunos es el peor del año, de abrir la lista de contactos de WhatsApp y elegir a quien se va a felicitar y a quien no. Es un detalle que nos acordemos de personas con las que no hemos hablado en todo el año, pero realmente qué sentido tiene. No me has hablado en todo el puñetero año, preocupándote por mis problemas, preguntando si necesitaba algo y ahora vienes con "te deseo lo mejor para este año y que todos tus deseos se cumplan" y a ti te dan ganas de contestar: "No creo que se cumpla mi deseo de que se acabe la falsedad en la faz de la tierra".

Por otro lado, están los propósitos. Dejémonos de tonterías, sabemos que más del 50% no los llevaremos a cabo. Está genial que nos propongamos ser mejores, pero cúmplelo porque si no lo haces de nada ha servido.
¡Haced más y proponed menos!