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miércoles, 19 de octubre de 2016

La sociedad del cambio

Podemos afirmar rotundamente que la sociedad está cambiando. Incluso que ya ha eclosionado. Un cambio en todos los ámbitos de la vida. Un cambio constante e instantáneo.
Quizá sea por mis pocos años, que hasta hace apenas poco tiempo, me ha dejado ver lo que está ocurriendo, será que voy haciéndome mayor.
Un cambio en el que el respeto a la justicia no se da, no se respeta nada, la palabra respeto y los valores se van olvidando cada vez más en esta sociedad de cambio.
Respeto o justicia, leyes o normas. Como se quiera llamar. Que se confunden con libertad de expresión. Y no nos damos cuenta o no quieren ver que ambas (justicia y libertad) se requieren. Deben ir a la par si se desea conseguir la tan ansiada y utópica verdadera democracia. Se desea llegar a ella por otros medios, por otros modos de llamarla, que sin conocer desean.
Podemos y debemos cambiar mediante otros métodos, pero creo que los idóneos no han sido creados ni desarrollados aún.
No obstante, este cambio necesita de otro cambio. Se necesitan nuevas leyes y leyes que se lleven a cabo. Claro ejemplo, por su permanente actualidad es el de la corrupción. Esa corrupción es el reflejo de la sociedad en la que el sistema de valores se destruye. Quizá este cambio no sea tan inmediato y venga de mucho tiempo atrás. Incluso, fuera al comienzo de los tiempos lo que primara: la codicia, el poder, la riqueza. Dinero que mueve montañas, no solo para los poderes políticos y económicos, para la sociedad civil igualmente.

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