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miércoles, 29 de junio de 2016

La violencia no tiene género

Os traigo un reportaje que hice para clase hace unos meses.

Reportaje: la violencia de la mujer hacia el hombre

La violencia no tiene género

La sociedad española pide igualdad de género, pero está lejos de conseguirla. Cada año los medios de comunicación bombardean con noticias de casos de violencia machista, pero los casos de violencia de la mujer hacia el hombre quedan en la sombra. También existen víctimas masculinas que, al contrario que las mujeres, no encuentran amparo legal ni social.
Al grito de “zorras”, “fascistas”, “hijas de puta” o “machistas”, un grupo de feministas radicales agredió, el pasado 8 de noviembre, a otro grupo de mujeres que sostenían una pancarta con la frase: “La violencia no tiene género”, en la manifestación contra la violencia machista celebrada en Madrid.
Este episodio demuestra que la igualdad real entre hombres y mujeres está lejos de conseguirse en la sociedad española, no solo por la violencia machista que aún preocupa a los ciudadanos, sino también por esos tipos de violencia que no se tienen tanto en cuenta y que incluso sectores radicales del feminismo son reacios a reconocer.
Víctor Martínez Patón es uno de los abogados que sobresalen en la violencia contra los hombres. Aunque de él emana verdadera vocación por su trabajo, señala que su primera opción fue Filología Clásica. Con el tiempo llegó a preparar la tesis doctoral en Derecho Penal. Cursó estas dos carreras en la Universidad Autónoma de Madrid, pero además estudió en Francia en la Escuela Normal Superior. Asimismo, suma a su historial académico los estudios en la Academia de Derecho Internacional de La Haya y la Escuela de Derecho Europeo.
Este abogado madrileño trabaja en Patón & Asociados, especializados en Derecho de Familia. Recalca que el concepto violencia de género no es válido cuando se produce el maltrato hacia el hombre. La Ley 1/2004 del 28 de diciembre, establece que la violencia de género siempre es padecida por una mujer y ejercida por un hombre. “Tiene que haber una relación muy directa entre estos dos sujetos, una relación de afectividad vigente o que la haya habido”, remarca Martínez Patón. Salvo en estas circunstancias, no hay violencia de género y se estaría hablando de violencia doméstica. Esta distinción es puramente ideológica, ya que no guarda un punto real con la realidad de este tipo de violencia. La psicóloga madrileña de 37 años, Anabel Martínez Vega, declara: “La violencia doméstica define el trato violento que se ejerce, ya sea físico, psicológico, sexual o de otra índole, hacia cualquier miembro de una familia”.
“La causa de la violencia doméstica -afirma Martínez Vega-  no es única, es multifactorial. Entre las causas pueden incluirse actitudes socioculturales, condiciones sociales, aspectos como la personalidad, historias de abusos o el contemplar la violencia como solución de problemas.”

Los invisibles
Una de las principales causas por las que el maltrato hacia los hombres se considera minoritario es el poco tratamiento por parte de los medios de comunicación. Muy pocas veces salen en televisión noticias en las que una mujer haya agredido a un hombre. “Según las últimas estadísticas publicadas en el Instituto Nacional de Estadística -indica Martínez Patón-  el 25% de las denuncias son de hombres que afirman haber sido agredidos por mujeres”.
Asimismo, en carreras como la de Psicología, en la que estudian en profundidad el perfil psicológico de los agresores en violencia de género, también dejan de lado los casos de mujeres agresoras. Xana Mateos, estudiante de Psicología en la Universidad de Alcalá de Henares, afirma: “La violencia de la mujer hacia el hombre no tiene gran trascendencia. Solo se ejemplifica la violencia marital con casos de maltrato del hombre a la mujer. Creo que esto demuestra que la gente no le da importancia a este tipo de violencia y no se suele denunciar”.

¿Iguales ante la ley?
El nivel de protección que reciben los hombres y las mujeres maltratados difiere notablemente. Un claro ejemplo es el trato en comisaría. El Código Penal diferencia los casos de violencia de género y doméstica. La primera  tiene una pena superior e incluso, a veces, se producen diferencias conceptuales.  Martínez Patón lo explica: “En el caso de las amenazas o acciones, si las sufre una mujer estamos hablando de un delito que lleva acarreado hasta un año de prisión. Si las sufre un hombre estamos hablando de una falta cuya pena máxima son ocho días sin salir de casa”. Cuando un hombre va a comisaría no puede provocar la detención de una mujer. Sin embargo, si la efectúa una mujer, la detención es automática. El hombre acusado de violencia de género va directamente al juzgado, aunque no haya pruebas. La palabra de la mujer es suficiente.
Desde la Policía Local de Guadalajara corroboran esta situación de desigualdad: “En cuanto al tratamiento, se aplica la normativa vigente: lo que  para la mujer supondría un delito de lesiones, para el hombre correspondería un tipo penal agravado, dada la especial protección existente en este tema”.
Las estadísticas demuestran que el número de víctimas femeninas supera con creces a las masculinas, y dado el carácter de la violencia marital, se entendería que las mujeres recibieran una ayuda especial. "Herederos de una sociedad patriarcal, los hombres agresores se sienten superiores a las mujeres, o simplemente repiten patrones de conducta aprendidos", explica Mateos.
No obstante, las experiencias en comisaría demuestran que el hombre está totalmente desprotegido, y que las mujeres poseen un trato de favor en ocasiones peligroso.
Los casos de abuso se producen con frecuencia. Una mujer que afirma que ha sido maltratada tiene todas las cartas a su favor a la hora de poner fin a su matrimonio. “Un proceso de divorcio -según Martínez Patón- puede tardar en torno a cuatro o cinco meses; sin embargo, si se interpone una denuncia de violencia de género, pueden obtenerse al día siguiente las medidas cautelares que se van a ratificar en el divorcio definitivo. Pero estamos hablando de que al día siguiente el marido tenga que salir de casa, pierda la custodia de sus hijos o deba pensiones alimentarias”. Esas condiciones favorables hacia la mujer permanecerán aunque la denuncia sea falsa.

Pudor
Otro factor de escasa claridad en el asunto es la vergüenza de los hombres maltratados. Martínez Patón cuenta que en su bufete tratan frecuentes casos en los que llaman mujeres para hablar de un problema que tiene un hombre de su entorno. “Estoy hablando del 80 o el 90% de los clientes que nosotros atendemos”. No llegan a aceptar que son hombres maltratados. “Hay muchos que no llegan a asumirlo y hay una explicación que yo encuentro en los medios de comunicación. Jamás hay ni una sola noticia, salvo casos muy raros y extremos en los que se hable del maltrato padecido por un hombre. Llego a pensar que hay hombres que ni siquiera reconocen que exista la posibilidad de que ellos sean maltratados”, reafirma Martínez Patón.
Ante esta situación, existen personas que piensan que hay hombres que denuncian en falso. Sin embargo, Martínez Patón apunta que no conoce ningún caso de hombres que denuncien falsamente. Es muy difícil de entender que un hombre pueda conseguir algún tipo de beneficio en una situación así. “He tenido casos extremos, como el de una agresora que contaba haber asesinado a varias de sus parejas anteriores y a mi cliente no le dieron la orden de alejamiento porque entendieron que no había pruebas suficientes”. Era una mujer que presumía de haber matado, lo utilizaba como una manera de asustar a su marido y él estaba asustado. Miguel, de 50 años y residente en Madrid, está convencido de que era cierto por el nivel de agresividad que empleaba. Esta señora, María, de 45 años había llegado a romperle un pie a golpes. Cuando él llegaba a casa algunas veces le rompía una botella de cristal en la cabeza. Tenía ocho partes de lesiones y el juez entendió que no eran suficientes para tener una orden de alejamiento. María se quedó en la casa que era propiedad de su marido.

Denuncias falsas
“Es extremadamente inusual que haya solamente violencia por parte de la mujer al hombre. Más habitual es que haya violencia recíproca en cuyo caso los dos resultan lesionados”, declaran desde la comisaría de Policía de Guadalajara. A pesar de estas declaraciones, Martínez Patón afirma que es frecuente que las mujeres interpongan denuncias a sus parejas cuando los que están padeciendo la agresión son los hombres exclusivamente. Un caso que ejemplifica este hecho es el de una mujer de Valencia, de 32 años que tenía por costumbre pegar a su marido de 29 nacido en Madrid.  Jesús se encerraba en el baño para protegerse. Hubo un día en el que Raquel se enfadó mucho, insistía en que saliera del baño y dijo  que iba a llamar a la policía si no salía. Él, en ese momento, se quedó tranquilo y pensó que le iban a proteger. La policía le pidió que saliera y se lo llevaron detenido porque había sido acusado de malos tratos.
Martínez Patón tuvo un caso en el que una pareja mantenía una pelea. El hombre tenía lesiones que le habían dejado secuelas, ella no tenía ni un solo rasguño y al único al que llevaron detenido fue a él. Otro ejemplo, que revela la ambigüedad del tema, es el caso de Manuel que acudió a la comisaría y habló de su mujer, que era muy violenta. El comisario le aconsejó que no pusiera ninguna denuncia porque si la mujer decía que era ella la víctima, sería Manuel el detenido. Cuando le dijo que la mujer pegaba al perro también, entonces el comisario dijo: “Ah no, yo eso no lo tolero”. Manuel, tal y como él lo relata, dijo: “Ah, pues entonces denuncio que está pegando al perro nada más”. Se puede afirmar que hay más protocolos de protección a los animales que a los hombres.
Martínez Patón señala que las denuncias falsas no llegan al 0,01%. Según los datos de la fiscalía, en Madrid en el año 2014, el 50% de las denuncias presentadas por violencia de género fueron archivadas al día siguiente en el juzgado. Del otro 50% solo llegó a juicio el 25 %. De esta manera, para la mujer es muy fácil denunciar. Aunque las mujeres no quieran, hay abogados que se lo recomiendan para obtener una serie de beneficios. Otra cosa es que sea delictivo por parte del sujeto que presenta la denuncia y por parte del abogado. Martínez Patón confiesa que ha llegado a tener clientes con 25 denuncias por maltrato. A uno en concreto se le pidieron 40 años de cárcel. Es importante destacar que la víctima no llegó a tener nunca un solo rasguño y al final él pidió llegar a un acuerdo que se le ofrecía por año, aceptó este año y medio en vez de entrar en un juicio en el que se estaban pidiendo 40 años de cárcel.

Defensa a los hombres maltratados
En ocasiones, las personas que defienden a los hombres maltratados se las tacha de machistas. Al caso de las mujeres de la pancarta en la manifestación del 8 de noviembre se puede añadir la polémica que provocó la columna de Arcadi Espada en El Mundo. Titulada "El negocio del sexo", en ella denunciaba los abusos de poder de las mujeres que se lucran gracias al trato de favor por parte de las instituciones. El periodista, escritor y cofundador de Ciudadanos recibió muchas críticas, entre ellas las de Íñigo Errejón, Secretario Político de Podemos, que le acusó de insultar a 800 mujeres víctimas de la violencia machista.
Pero lo cierto es que existen muchos prejuicios. Martínez Patón advierte de que recibe llamadas de grupos feministas. “Es ridículo porque yo no soy ningún machista, es intolerable que se dé trato diferente a las personas por su sexo”. Martínez Patón señala que el feminismo hace treinta años hubiera dicho que es una aberración machista proteger más a la mujer. “En ningún tipo de delito se hace distinción entre hombres y mujeres. ¿Por qué en este delito sí? Hay que proteger a la mujer, por supuesto, y dado que es cierto que las víctimas de este tipo de violencia son mayoritariamente mujeres se las protegerá más. Propongo que se amplíe la protección al hombre, no es tan difícil”.

¿Legislación justa?
Martínez Patón considera una batalla perdida que se modifique la legislación para que el hombre tenga la misma protección. En algún caso, indica que si se modificara, empeoraría la situación de desigualdad. “Estoy convencido de que muchos de los dirigentes de los partidos grandes íntimamente en privado están en contra de esto porque saben que es una aberración, pero el feminismo es un lobby muy potente”. Efectivamente, no existe ningún partido político que esté dispuesto a meterse en más líos de los que ya tiene de por sí. Esto supondría un gran problema para ellos. El único que defendía esto era UPyD. Martínez Patón opina que lo hacía porque le salía gratis. “Hay un cierto número de ciudadanos que están muy enfadados con esto, pero habría que ver lo que finalmente hubieran hecho si hubiesen llegado al Gobierno”, añade Martínez Patón.
Martínez Vega explica que “desde la Psicología lo que se pretende es una prevención primaria, siendo para ello importante educar en lo que se refiere a las relaciones interpersonales, la comunicación y la convivencia”. Tanto la persona que maltrata como la víctima comparten la baja autoestima. Aunque no todos los casos son así: se crean unos perfiles según los casos que haya.

No solo los hombres maltratados conforman una minoría olvidada. También las parejas homosexuales se encuentran al margen de la protección. En el caso del suicidio, pese a ser el hombre el colectivo más afectado, no recibe trato de favor por parte de las instituciones políticas y sociales. ¿No debería la democracia proteger a todos los ciudadanos, incluidas las minorías?

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